(A Coubert) no se le perdonaban sus posiciones contra el arte oficial. "El Estado es incompetente en materia artística -escribió en 1870 al ministro de Bellas Artes, anunciándole que rechazaba la Legión de Honor-: Mis opiniones de ciudadano se oponen a que acepte una distinción que depende esencialmente del orden monárquico. El honor no reside en los títulos ni en las condecoraciones, sino en los actos y en sus móviles. La intervención del Estado es funesta para el arte, pues lo encierra en las convenciones oficiales y lo condena a la más mediocre esterelidad. El día en que nos deje libres habrá cumplido con su principal obligación".
Aquel año, como el anterior, el artista envía dos cuadros al Salón: Manzanas rojas en una mesa de jardín y Mujer de espaldas. Al pasar frente a estas obras, Meissonnier aconseja: "Señores, no vale la pena ver eso; no por una cuestión artística, sino por dignidad. Hay que excluir a Coubert de las exposiciones; para nosotros está muerto".
París rebelde.
De Ramonet y Chao.
Aquel año, como el anterior, el artista envía dos cuadros al Salón: Manzanas rojas en una mesa de jardín y Mujer de espaldas. Al pasar frente a estas obras, Meissonnier aconseja: "Señores, no vale la pena ver eso; no por una cuestión artística, sino por dignidad. Hay que excluir a Coubert de las exposiciones; para nosotros está muerto".
París rebelde.
De Ramonet y Chao.
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