Pero en Grecia las cosas fueron demasiado lejos. La Liga Aquea estaba tan ansiosa de desafiar a Roma que no pudo refrenarse. Los enviados de Metelo fueron insultados, y éste se vio obligado a marchar hacia el sur. Era un admirador de la cultura griega y deseaba tratar a Grecia lo más suavemente posible, pero en el 140 a.C. fue reemplazado por Lucio Mummio, hombre de escaso saber. Mummio había adquirido cierta experiencia militar en España y no sentía el menor interés por los griegos; lo único que deseaba era ganar un triunfo.
La ciudad principal de la Liga Aquea era Corinto. Al acercarse Mummio, Corinto se rindió sin ofrecer ninguna resistencia, de modo que la Guerra Aquea terminó antes de haber comenzado. Pero no era esto lo que deseaba Mummio. Trató a Corinto como si hubiese sido tomada por asalto, saqueando y matando. Los habitantes fueron vendidos como esclavos y valiosísimas obras de arte fueron llevadas a Roma.
Mummio, que no entendía nada de arte, se puso en ridículo para siempre por las instrucciones que dio a los capitanes de los barcos en los que se embarcaron grandes pinturas.
"Que no se arruinen -les dijo- o tendréis que reemplazarlas". La Liga Aquea fue disuelta y se extinguieron las últimas miserables chispas de la libertad griega.
La República Romana
Isaac Asimov
Isaac Asimov
HISTORIA UNIVERSAL ASIMOV