Emperatriz viuda Cixi ejerció el poder efectivo sobre China hasta su muerte en 1908. Su etapa en el poder coincidió con el declive de la dinastía Qing. Su nombre de pila era Orquídea, pasando a ser llamada Yehonala (el nombre del clan manchú al que pertenecía) al ser nombrada concubina imperial y más tardíamente Cixi (Emperatriz del Palacio Occidental)
Fue concubina del emperador Xianfeng. Tras la muerte de éste, Cixi y la también emperatriz viuda Ci'an, se convirtieron en monarcas regentes en nombre del hijo de Xianfeng, que asumiría el poder imperial al alcanzar la mayoría de edad. Entre 1861 y 1873, las dos emperatrices regentes, asesoradas por el hermano del emperador fallecido, ejercieron el poder imperial de manera conjunta.
El joven emperador Tongzhi fallecía dos años después de su mayoría de edad, y la emperatriz regente Cixi vulneró las normas establecidas de sucesión al nombrar heredero a su sobrino de tres años de edad. Cixi continuó ocupando la regencia junto a Ci'an. Tras la muerte de ésta, Cixi pasó a ocupar el poder en solitario.
Cuando su sobrino el emperador, alcanzó la mayoría de edad, Cixi se retiró, aunque se mantenía informada de los asuntos de Estado debido a que el emperador se caracterizó por ser un pusilánime con tendencia a la depresión incapaz de gobernar adecuadamente, siendo manejado por pensadores de segunda que estaban protegidos por Japón. Después de la derrota china contra Japón, Guangxu llevó a cabo una serie de reformas guiado por ese grupúsculo de pensadores controlados por Japón. En respuesta a estas reformas, Cixi se alió con los poderes militares y con las fuerzas conservadoras para llevar a cabo un golpe de Estado y hacerse de nuevo con el poder. De esta forma, Cixi retomó el poder mientras el emperador Guangxu quedaba confinado en palacio, apartado del poder real.
Con todo, las investigaciones históricas más recientes sugieren que emperatriz nunca deseó mal a su sobrino, y que fue él el que se apoyó en la figura de su madre adoptiva para seguir adelante con su tarea.
Un año después de retomar el poder, la emperatriz regente apoyó a las fuerzas que respaldaban a los bóxers, una sublevación de carácter conservador y xenófobo, aunque nunca directamente, pues incluso protegió el barrio de las legaciones en Pekín cuando fue atacado por la secta. El problema radicaba en que la mayor parte de la corte manchú apoyaba o incluso formaba parte de los bóxers. Como represalia, las tropas de las potencias extranjeras capturaron Pekín, tras lo cual Cixi aceptó las condiciones de paz impuestas por las potencias extranjeras, aplicando muchas de las reformas institucionales por las que se había enfrentado a su sobrino el emperador. Aunque su poder efectivo se redujo considerablemente tras las derrotas militares frente a Japón y las potencias occidentales, mantendría el control del Imperio hasta su muerte.
El emperador Guangxu murió poco antes que ella, según algunos envenenado por órdenes suyas.
Cixi ha sido un personaje maltratado por la historiografía occidental, a causa de la defensa férrea que hizo de la monarquía manchú mientras los occidentales y Japón querían tener mayor control sobre el emperador; y por la china, tanto nacionalista como comunista, en su línea de desprecio a todo el pasado imperial chino. En la actualidad, algunos autores intentan reivindicar su figura.
Wikipedia.
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