Carta de Bianchetti a Della Casa, en la que resalta la entereza que demostró el viejísimo Papa cuando asesinaron a su hijo Pier Luigi en septiembre de 1547.
Se quedó un momento ensimismado, con la mano en la barba, y luego respondió. "Hijos míos, estas son las cosas del mundo, y si vivís, veréis otras que os dolerán mucho más". Y luego, razonando poco a poco sobre tan cruel materia, dijo: "Vamos a dormir y mañana resolveremos lo que haya que hacer".
1545 Los últimos días del renacimiento, de Antonio Forcellino.
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