Hija de Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga y de Juana Osorio y Pimentel, nacida en Alba de Tormes, Salamanca, y fallecida en Pisa como consecuencia de una enfermedad pulmonar.
Contrajo matrimonio con Cosme I de Médici, duque de Florencia, y desde 1539 gran duque de Toscana.
El emperador Carlos V necesitaba una alianza con los Médici para reafirmar su dominio en Italia. La mejor candidata para sellar esa alianza fue Leonor. Era una riquísima heredera, que además aportaba lazos familiares de gran relevancia. Los Médici no eran una familia real, y buscaban con sus matrimonios enlazar su destino al de las dinastías europeas.
No en vano, el padre de Leonor era virrey de Nápoles, uno de los hombres más poderosos y determinantes de la política de la península.
Su abuelo paterno, Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, nada menos, marqués de Coria, conde de Salvatierra y Piedrahita, y señor de Valdecorneja, entre otros, casado con Isabel Cossines de Zúñiga, condesa de Huesca y Sarmiento.
Por parte de madre, hija de Juana Osorio y Pimentel marquesa de Villafranca del Bierzo, y nieta por su parte del conde de Lemos y del duque de Benavente.
Entre sus hermanos y primos de repartían gran cantidad de títulos.
Tuvo nueve hijos con Cosme, que fueron grandes duques de Toscana, duques de Bracciano, duques de Ferrara, y su hijo Juan y Fernando alcanzaron el cardenalato.
Ella fue una gran mecenas, acostumbrada a la vida lujosa de la corte napolitana. Amparó entre otros, a Bronzino, aumentando de forma considerable la colección de arte de los Médici. También fue la responsable de muchas de las reformas llevadas a cabo en los palacios de la ciudad de Florencia, como el Pitti, que adquirió ella.
En el retrato, obra de Broncino, aparece junto a su hijo Juan, Giovanni, que sería cardenal a los 17 años, y moriría junto a ella, a pocos días de diferencia, de la misma enfermedad, probablemente tuberculosis.
Contrajo matrimonio con Cosme I de Médici, duque de Florencia, y desde 1539 gran duque de Toscana.
El emperador Carlos V necesitaba una alianza con los Médici para reafirmar su dominio en Italia. La mejor candidata para sellar esa alianza fue Leonor. Era una riquísima heredera, que además aportaba lazos familiares de gran relevancia. Los Médici no eran una familia real, y buscaban con sus matrimonios enlazar su destino al de las dinastías europeas.
No en vano, el padre de Leonor era virrey de Nápoles, uno de los hombres más poderosos y determinantes de la política de la península.
Su abuelo paterno, Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, nada menos, marqués de Coria, conde de Salvatierra y Piedrahita, y señor de Valdecorneja, entre otros, casado con Isabel Cossines de Zúñiga, condesa de Huesca y Sarmiento.
Por parte de madre, hija de Juana Osorio y Pimentel marquesa de Villafranca del Bierzo, y nieta por su parte del conde de Lemos y del duque de Benavente.
Entre sus hermanos y primos de repartían gran cantidad de títulos.
Tuvo nueve hijos con Cosme, que fueron grandes duques de Toscana, duques de Bracciano, duques de Ferrara, y su hijo Juan y Fernando alcanzaron el cardenalato.
Ella fue una gran mecenas, acostumbrada a la vida lujosa de la corte napolitana. Amparó entre otros, a Bronzino, aumentando de forma considerable la colección de arte de los Médici. También fue la responsable de muchas de las reformas llevadas a cabo en los palacios de la ciudad de Florencia, como el Pitti, que adquirió ella.
En el retrato, obra de Broncino, aparece junto a su hijo Juan, Giovanni, que sería cardenal a los 17 años, y moriría junto a ella, a pocos días de diferencia, de la misma enfermedad, probablemente tuberculosis.
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