A cambio los japonenes recibirían los bienes que se incautaran a los detenidos. el gobernador militar de Shanghai congregó entonces a los principales líderes de la comunidad hebrea, a quienes preguntó la razón por la cual los alemanes sentían tanto odio hacia ellos. El rabí Simon Kalish le dijo al traductor: "Di al gobernador que los alemanes nos odian porque somos orientales". La respuesta de Kalish provocó una leve sonrisa en el militar japonés, que tenía fama de hombre serio.
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