Dos retratos de esta mujer, que reconozco me era desconocida hasta hace poco. Fue reina de Chipre tras la muerte de su marido, estando ella embarazada.
Era una época complicada para la isla, entre las presiones de reinos mucho más poderosos que el suyo.
Finalmente, no pudo evitar la pérdida de la independencia de Chipre, y se decantó por entregarla a manos venecianas, a cambio de un exilio dorado en Italia, donde se le reconoció el título de reina hasta su muerte.
En el primer retrato se la observa llena de vida, joven, bella, con una mirada inteligente, y con un punto de picardía y desconfianza.
En el primer retrato se la observa llena de vida, joven, bella, con una mirada inteligente, y con un punto de picardía y desconfianza.
El segundo cuadro, realizado por uno de los hermanos Bellini pertenece a su estancia en Italia. Es ya una reina depuesta, una reina que ha perdido su reino. El gesto de su boca y su mirada denotan la arrogancia que proporciona el desprecio por lo común. Es una mujer desgraciada, vieja, y por mucho que le tiren las cintas del pecho, gorda. Sin embargo es orgullosa, porque conserva su corona, pero sólo la puede acompañar con unas tímidas perlas.
1 comentario:
Le ocurre lo mismo que a muchos nobles actualmente, que sólo conservan un título desprovisto de cualquier tipo de riqueza (dinero, tierras, inmuebles, etc).
Sólo mantienen el orgullo del pasado.
Un saludo
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