http://www.cut-bai.org/unrey.pdf
Biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón.
Recomiendo encarecidamente la lectura, porque para vencer la ignorancia en este país, primero hay que vencer la censura y la falta de memoria.
Digna de elogio la dedicatoria a los verdaderos republicanos.
Abajo la monarquía.
No tiene desperdicio la relación entre don Juan y el rey incluso desde pequeño, pero especialmente cuando Juan Carlos acepta ser nombrado por Franco. Franco escribió a don Juan poniéndole al corriente, y Juan Carlos, que no se atrevió a llamarle, le escribió otra pidiéndole su bendición en nombre de la unidad de la familia. Don Juan le contestó: "¿qué monarquía salvas? ¿una contra tu padre? No has salvado nada. ¿Quieres salvar una monarquía franquista? Ni estoy de acuerdo, ni daré mi acuerdo nunca, ni aceptaré jamás que tú puedas ser rey de España sin el consentimiento de la Monarquía, sin pasar a través de la dinastía"
Otras citas:
"La muerte de Carrero supuso un transtorno importante para los planes ya elaborados por el grupo concreto de tecnócratas monárquicos del Opus involucrados en la "operación lolita". Más que nada, para que franco, ya en plena decadencia física, aprovechase inexplicablemente para hacer un cambio en su linea de gobierno, probablemente influenciado por su familia. Ante la sorpresa general, nombró presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro, un falangista, cuando lo más lógico hubiera sido que a Carrero le sucediera el vicepresidente, Torcuato Fernández Miranda. Arias era precisamente el político responsable de la catástrofe del atentado, como ministro de la gobernación. Conocido popularmente con el apodo de "el carnicero de málaga", denominación que se había ganado en su época de represor, como fiscal militar de Málaga durante la posguerra. No se podía decir que fuese un hombre especialmente carismático. Y nadie entendió su nombramiento. Pero tampoco la enigmática frase "no hay mal que por bien no venga", que dijo el Caudillo al referirse a la muerte de Carrero, en su discurso, surrealista, de fin de año. Que sus decisiones fueran comprendidas o entendidas no era una de las mayores preocupaciones de Franco."
"A veces, con párrafos -quién sabe quién los escribía- dignos de ser recogidos en "la antología nacional del disparate" Como este del discurso del día de la Hispanidad de 1983, repleto de contradicciones: "los reyes Católicos crearon un estado moderno, fundamentado en las ideas de unidad y de libertad, del derecho a la diversidad. Para ello, no dudaron en reducir a los que alzaban sobre los intereses nacionales sus egoísmos y sus pequeños intereses de campanario, derribando, cuando fuera preciso, sus castillos"".
"y es que los reyes, a parte de hacerse cargo de los gastos de su propia familia, también se ocupan de los de la familia real griega, puesto que, al parecer, no tienen con qué ganarse la vida. Irene, en concreto, se dedica a hacer buenas obras a través de una ONG suya que se dedica a repoblar la India de vacas lecheras y que tiene un despacho cedido en la calle Barquillo cedido por el Banco Central Hispano. El ex-rey Constantino, vive desde hace treinta años su exilio en Londres, al parecer también con la ayuda de Juan Carlos. (...) Ésta última, la hermana mayor del rey, cuando se murió su marido, Beltrán Gómez-Acebo, tuvo que hacerse cargo de una deuda que éste le había dejado como herencia. Para solucionarlo de una manera discreta, el rey avisó a Mario Conde, y a Conde se le ocurrió que, como perdonarle la deuda sin más quedaría bastante mal y la opción de pagar se descartaba, lo mejor era darle un cargo en la Fundación, para que fuera abonando lo que debía con su pequeño sueldo. Y a Pilar se le dió un despacho, sin ningún trabajo que hacer, claro está."
"Con Isabel II el pueblo fue más severo: no permitió que dejara a otro Borbón en su puesto cuando tuvo que salir escopetada, en 1868, e instauró la Primera República. Poco después, sin embargo, Alfonso XII volvía a restablecer la monarquía en olor de multitudes: fue en 1874 y el joven Borbón tuvo una acogida tan apoteósica en Madrid que, inclinándose sobre su caballo, dijo a un hombre que le aclamaba: "gracias, gracias". A lo cual el hombre respondió: "¡esto no es nada!, ¡si hubiéseis visto cómo gritábamos cuando echamos a su madre"".
Biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón.
Recomiendo encarecidamente la lectura, porque para vencer la ignorancia en este país, primero hay que vencer la censura y la falta de memoria.
Digna de elogio la dedicatoria a los verdaderos republicanos.
Abajo la monarquía.
No tiene desperdicio la relación entre don Juan y el rey incluso desde pequeño, pero especialmente cuando Juan Carlos acepta ser nombrado por Franco. Franco escribió a don Juan poniéndole al corriente, y Juan Carlos, que no se atrevió a llamarle, le escribió otra pidiéndole su bendición en nombre de la unidad de la familia. Don Juan le contestó: "¿qué monarquía salvas? ¿una contra tu padre? No has salvado nada. ¿Quieres salvar una monarquía franquista? Ni estoy de acuerdo, ni daré mi acuerdo nunca, ni aceptaré jamás que tú puedas ser rey de España sin el consentimiento de la Monarquía, sin pasar a través de la dinastía"
Otras citas:
"La muerte de Carrero supuso un transtorno importante para los planes ya elaborados por el grupo concreto de tecnócratas monárquicos del Opus involucrados en la "operación lolita". Más que nada, para que franco, ya en plena decadencia física, aprovechase inexplicablemente para hacer un cambio en su linea de gobierno, probablemente influenciado por su familia. Ante la sorpresa general, nombró presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro, un falangista, cuando lo más lógico hubiera sido que a Carrero le sucediera el vicepresidente, Torcuato Fernández Miranda. Arias era precisamente el político responsable de la catástrofe del atentado, como ministro de la gobernación. Conocido popularmente con el apodo de "el carnicero de málaga", denominación que se había ganado en su época de represor, como fiscal militar de Málaga durante la posguerra. No se podía decir que fuese un hombre especialmente carismático. Y nadie entendió su nombramiento. Pero tampoco la enigmática frase "no hay mal que por bien no venga", que dijo el Caudillo al referirse a la muerte de Carrero, en su discurso, surrealista, de fin de año. Que sus decisiones fueran comprendidas o entendidas no era una de las mayores preocupaciones de Franco."
"A veces, con párrafos -quién sabe quién los escribía- dignos de ser recogidos en "la antología nacional del disparate" Como este del discurso del día de la Hispanidad de 1983, repleto de contradicciones: "los reyes Católicos crearon un estado moderno, fundamentado en las ideas de unidad y de libertad, del derecho a la diversidad. Para ello, no dudaron en reducir a los que alzaban sobre los intereses nacionales sus egoísmos y sus pequeños intereses de campanario, derribando, cuando fuera preciso, sus castillos"".
"y es que los reyes, a parte de hacerse cargo de los gastos de su propia familia, también se ocupan de los de la familia real griega, puesto que, al parecer, no tienen con qué ganarse la vida. Irene, en concreto, se dedica a hacer buenas obras a través de una ONG suya que se dedica a repoblar la India de vacas lecheras y que tiene un despacho cedido en la calle Barquillo cedido por el Banco Central Hispano. El ex-rey Constantino, vive desde hace treinta años su exilio en Londres, al parecer también con la ayuda de Juan Carlos. (...) Ésta última, la hermana mayor del rey, cuando se murió su marido, Beltrán Gómez-Acebo, tuvo que hacerse cargo de una deuda que éste le había dejado como herencia. Para solucionarlo de una manera discreta, el rey avisó a Mario Conde, y a Conde se le ocurrió que, como perdonarle la deuda sin más quedaría bastante mal y la opción de pagar se descartaba, lo mejor era darle un cargo en la Fundación, para que fuera abonando lo que debía con su pequeño sueldo. Y a Pilar se le dió un despacho, sin ningún trabajo que hacer, claro está."
"Con Isabel II el pueblo fue más severo: no permitió que dejara a otro Borbón en su puesto cuando tuvo que salir escopetada, en 1868, e instauró la Primera República. Poco después, sin embargo, Alfonso XII volvía a restablecer la monarquía en olor de multitudes: fue en 1874 y el joven Borbón tuvo una acogida tan apoteósica en Madrid que, inclinándose sobre su caballo, dijo a un hombre que le aclamaba: "gracias, gracias". A lo cual el hombre respondió: "¡esto no es nada!, ¡si hubiéseis visto cómo gritábamos cuando echamos a su madre"".
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